Saber, sentir, influir

Yoga, o su raíz sánscrita “yug”, significa “unión”, “integración” y también “disciplina”. Podemos interpretar el sistema del Yoga como una disciplina integrativa o unificadora. El Yoga nos ayuda a unir la presencia de cuerpo-mente-respiración en un mismo instante: el aquí y ahora, el presente.

Todas las personas que llevamos un tiempo practicando Yoga conocemos esta definición. Pero, ¿realmente la entendemos? ¿La ponemos en práctica en nuestra práctica de Yoga? ¿Lo practicamos solo en la esterilla de la clase o también en la esterilla de la vida?

Hace un tiempo, estuve en un retiro de silencio Vipassana de 7 días con Anthony Markwell. Él nos explicaba que en este tipo de retiros todas las actividades están organizadas para que cuerpo, mente y respiración se integren en el momento presente. Fue una experiencia que nunca olvidaré porque descubrí la cantidad ingente de pensamientos descontrolados de mi mente. La mayoría, preocupaciones hacia el futuro o rencores hacia el pasado.

Quizás tu realidad diaria esté organizada para separar cuerpo-mente-respiración. Seguramente tienes un trabajo y sus correspondientes compañeros, una familia, amigos, responsabilidades, anhelos personales, ganas de viajar, de tener vida social, etc.. Nuestra vida actual está enfocada hacia el exterior y eso nos deja poco margen para encontrar el Yoga o integración de cuerpo-mente-respiración. Para encontrar esta unión, nos hace falta tiempo, calma, paciencia y práctica. ¡Mucha práctica!

En una época donde tenemos una gran y variada oferta de distracciones, ¿dónde quedan los momentos de conectar contigo y solo contigo?

Anthony Markwell nos habló de la atención plena, lo que se conoce extensamente como Mindfulness. Esta se puede experimentar tomando un té en tu casa, por supuesto, o viendo una puesta de sol. Pero va más allá. Se trata de ser conscientes de cómo aparecen o desaparecen los pensamientos y sus sensaciones físicas asociadas, qué emociones provocan una alteración física y emocional, y cómo reaccionamos ante estos inputs físicos y mentales.

¿Te has parada a fijarte donde sientes la emoción de amor? Quizás lo sientas en la zona del pecho o la cara. ¿Y la emoción del miedo? Quizás en los trapecios o en la zona lumbar. Lo interesante de sentir la emoción radica en que una sensación física, puede ayudarte a entender qué está pasando en tu mente. Por ejemplo, cuando sientas en la zona del pecho una gran apertura, quizás tu cuerpo te esté contando que estás muy a gusto. Al contrario, si tus trapecios se tensan, quizás te cuente que sientes miedo. La parte física del ser nos cuenta mucho. ¿Le prestas suficiente atención?

Uno de los primeros pasos del Mindfulness o atención plena, aluden justo a eso, a trabajar la capacidad de escuchar al cuerpo para entender lo que ocurre en la mente.

Uno de mis profesores de Yoga, YogiRaj Lingham me dijo una vez: “Todo está en la mente”. En ese momento no entendí el verdadero significado de esa palabra. Ahora comprendo que tal como está la mente, así responde el cuerpo. Y tal como se comporta el cuerpo, así se siente la mente. Por eso, cada vez que necesito sentirme valiente, fuerte, amorosa, alegre, etc., y mi mente está triste o miedosa, busco crear una sensación positiva primero en el cuerpo: hago Yoga físico usando asanas como Vriksasana (el Árbol, para cultivar la calma), las Virabhadrasanas (las Guerreras, que me dan fuerza) o Ustrasana (el Camello, que me ayuda a abrir mi corazón); Pranayamas como Anuloma-Viloma o la RCY (Respiración Yóguica Completa) que me ayudan a encontrar centro y equilibrio. Voy a la parte de mi ser que es más sencilla de modificar en poco tiempo, el cuerpo. Y poco a poco, la mente entra en el estado deseado, por ejemplo la calma.

Amy Cuddy explica otras maneras distintas a la práctica del Yoga para conectar con la actitud emocional a través del cuerpo en esta charla de Ted Talks.

En conclusión, primero observa cómo actúa tu físico y que sensaciones te ofrece. Después vincula las sensaciones físicas a los pensamientos. Y cuando ya te conozcas muy bien, actúa sobre el cuerpo para influir en tu mente. Sólo necesitas estar presente y alerta. Vivir la vida que quieres depende íntegramente de ti.

¿Cómo quieres sentir la vida?

Artículo por: Elisenda Cucurull

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Espero que lo que me beneficia a mí, también te beneficie a ti.  

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